domingo, 26 de septiembre de 2010

Sin rumbo fijo

¡Buenas a todos!


Esta entrada es especial, por eso prometo una segunda parte mañana en la que me centre más en mi ciudad (aún me suena raro decir eso), incluso un tercer post a lo largo de la semana sobre gastronomía a propuesta de Alfon. El caso es que he recibido mi primera visita en Bologna: mi amiga Lourdes ha venido a hacerme mucho más fácil el primer mes aquí. Como breve referencia a tan distinguida huésped diré que Lour estudió en el Liceo Italiano Enrico Fermi, por lo que el idioma no es un problema para ella (bien lo ha demostrado entendiendo el fiorentino), actualmente cursa Derecho y ADE y es una de las tías más simpáticas que me he cruzado en la vida. Nos conocimos en clase y pronto dedicamos conversaciones enteras al tema del idioma y del Erasmus. Desde segundo, ha sido uno de los bastiones en los que me he apoyado para tomar la decisión de venir. A parte de los datos académicos, también podría decir que la chica es toda una artista y hace unas pulseras y llaveros estupendos, nació y tiene casa en Ávila, es fanática del helado de chocolate, mola un montón su maccamisón (lo siento, lo tenía que decir), se ha vuelto una excelente programadora de blogs, conduce la bici como si de una paellera se tratara (sin frenos) y se deja llevar por quien tenga el mapa (o sencillamente una ligera idea/orientación). Como broche a esta presentación, también debo mencionar el hecho de que en este viaje muchas veces nos hemos visto en situaciones de lo más surrealistas, hemos pasado incluso miedo (sí, ¿qué pasa?, somos fácilmente sugestionables) y hemos salido airosas (y por patas) de todas las experiencias. Gracias a que me ha visitado, creo que estoy en el camino de entender a Kavafis. Grazie mille.


Como si esto fuera una conferencia y acabase de presentar al ponente de turno, creo que debería empezar a contaros un poco lo que hemos estado haciendo por aquí. Esta entrada la rubricaremos las dos, aunque Lour, en el momento en que estoy escribiendo, esté volando rumbo Madrid con la maleta llena de bombones Baci.


Lour vino el miércoles después de haber hecho la tarde anterior un examen, la maleta, haber mirado por encima la guía de Florencia y haber visto Los Pilares de la Tierra. Durmiendo poco y desperezándose en el metro, tomó el vuelo de Ryanair que la traería hasta aquí... con una hora de retraso. Nos encontramos en el lugar previsto, pese a que las indicaciones que la envié fueron de lo más escuetas (prometo que al siguiente se lo explicaré mucho mejor, dejad que empiece a estudiar Photoshop). En cuanto estuvo asentada en su cama auxiliar, fuimos a dar una vuelta. Le enseñé el centro de Bologna, la Universidad, Via Independenza, etc. Una vez cuadramos horarios y predicciones meteorológicas, fijamos el jueves como día perfecto para visitar Firenze (Florencia).


Aquí ya empiezan los expedientes x: cogimos los billetes en unas máquinas de la estación, probando distintas combinaciones y eligiendo, como es común entre los estudiantes, el tren regional y más barato. Para llegar a Firenze desde Bologna en tren regional es necesario hacer un transbordo en Prato, una ciudad de la que yo ni siquiera había oído hablar [para más info: http://es.wikipedia.org/wiki/Prato_(Toscana)]. Acabo de leer el enlace que os acabo de dejar... sin palabras. Os aseguro que no parece, ni remotamente, la importante ciudad que la wikipedia dice que es; ¡si ni siquiera tiene alumbrado público!. En fin, divergencia de opiniones, como en todos los campos... o pratos, xD (dejadme, soy feliz con mis chistes malos). Como os iba contando, hay que hacer un transbordo en dicha localidad (estúpido, por cierto, al estar a sólo 15 km de Firenze), pero ninguna de las dos recordamos en qué momento y por qué averiguamos eso. No tenemos ni idea de cómo lo supimos, pero cuando fuimos a hacernos con el papel informativo de los horarios, cogimos el de Bologna-Prato sin mayores dudas.


El viaje fue estupendo, lento, pero estupendo. El frescor típico de las ocho de la mañana nos daba la bienvenida a un fantástico paisaje verde.


Firenze

La mejor forma de ir es como lo hicimos nosotras, en tren. El coche no sabrías dónde dejarlo, además de ser una ciudad con calles inexpugnables por el tráfico rodado. La estación de tren (verdaderamente decepcionante) está en pleno centro, a menos de cinco minutos andando de la Catedral. El primer contacto monumental fiorentino fue bastante desolador: el Palacio Medici es por fuera un armatoste sin ningún tipo de gusto por la estética. Tampoco favorecía a la perspectiva el hecho de estar rodeada por un mercadillo que hacía difícil una experiencia turística no consumista.


Estatua de Cosimo Medici el Viejo, el fundador


Es imposible relatar paso por paso lo que hemos visto, básicamente porque por fuera lo hemos visto TODO. El acercarnos a la Academia fue un error, al no ser nada del otro mundo y tener una cola de aquí a Lisboa para admirar las obras que acoge (las veré en una próxima visita, no hiperventiléis). Vamos, que de primeras Firenze me pareció demasiado poco. Acababa de caer mucho, pero que mucho, mi visión idealizada de la ciudad.


Pero para remediarlo ahí estaba. GRANDE. MUY, PERO QUE MUY GRANDE. GIGANTESCA. MARMÓREA. PERFECTA. La Catedral de Florencia nos recibió con los brazos abiertos (vamos, con la entrada gratuita). Es tan colosal que el objetivo de la cámara no la abarca por muy lejos que te pongas. Es tan bonita que podrías quedarte mirándola el resto de día. Para quien quiera la información técnica de la catedral, además de enterarse de alguna interesante anécdota: http://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_Florencia. Jamás he visto algo igual, las fotos no le hacen justicia alguna. Ninguna descripción podría acercarse a lo que uno siente ahí dentro, mirando la cúpula con cara de incredulidad. Un abismo hacia el cielo y el vacío en el interior (digamos que sería el equivalente a la moda minimalista de algunos diseñadores y cocineros de ahora).



La ciudad tiene nombre y apellidos: Filippo Brunelleschi. Este señor, como si fuera poco el hecho de haber construido la cúpula más grandiosa que os podáis imaginar, ha firmado alguna de las partes de los edificios más famosos de Firenze, cuando no ellos enteros. Dejó su impronta en los emblemas de la ciudad, de tal forma que es fácil reconocer sus obras (incluso para legas en arquitectura como nosotras... era pasar por algún claustro, arcadas o demás y decir: “pues esto me suena a Brunelleschi...” y efectivamente, la guía lo corroboraba). Actualmente sus restos descansan, como no, en la cripta del Duomo. No os dejo el link a la wiki porque me parece que la página no le hace justicia. We love Brunelleschi.


Después de ver esa inmensidad, hasta lo más increíble parece poco. La única entrada pagada fue para ver la Iglesia de la Santa Croce, que está rehabilitando el retablo, por lo que no se ve muy bien la cruz [+info: http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_la_Santa_Cruz_(Florencia)]. En esta iglesia reposan los restos de ilustres italianos que a todos nos suenan: Rossini, Miguel Ángel, Dante, Galileo...me dejo muchos más, pero algún día debería acabar la entrada, y me puedo eternizar. El caso es que, según está la iglesia, fastidia pagar 5€ por mucho que veas las tumbas de tan ilustres personajes. Curiosamente, acabo de leer en el enlace que es aquí donde Stendhal dio nombre al famoso síndrome, ése que todos quisiéramos padecer algún día. Pues lo dicho, que se nos hacía bonito y tal (el techo es una maravilla, de madera, y el púlpito es una obra de arte), pero no llegaba a la grandeza de la visita anterior. Una puerta a un lado de una capilla nos llevó a ver rincones insospechados, hasta terminar en una capilla Medici donde en su momento reposó una escultura de Donatello. Ahí es nada. Y de hecho a mí personalmente me pareció un poco austero para ser la capilla de los dirigentes de la ciudad y, en su momento, del mundo católico (http://es.wikipedia.org/wiki/Medici). La iglesia en cuestión, además de tener dos claustros, un museo y una cripta, cuenta con una segunda capilla en el jardín (la capilla Pazzi: http://es.wikipedia.org/wiki/Capilla_Pazzi, bastante bonita y muy en la dinámica de Brunelleschi). Sé que os estoy agobiando con tanto link, pero es que blogger sólo deja subir cinco fotos y así lo veis mejor.


Podría seguir escribiendo sobre las maravillas que nos cruzamos, podría intentar definir la ciudad, podría enumerar los lugares que visitamos, podría hacer mención a la desde hace tres días clásica frase de “mira Ali, otra iglesia, ¿pasamos?”, podría escribir los versos más tristes esta noche... uy, no, que no quiero plagiar :P


En honor a Isa, hemos de decir que vimos el famoso jabalí y lo tocamos por ella, para que vuelva, xD


La Piazza della Signoria es simplemente fantástica, pero no le voy a dedicar más líneas: http://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_la_Señor%C3%ADa


No puedo evitar la mención al Ponte Vecchio, sobre el río Arno, y sus joyerías con ese sistema guay de cierre y protección. La seguridad medieval está a la orden del día:


Se puede apreciar que el sistema es simplemente cerrarlo como si fuera un arcón. Les debe funcionar a la perfección, porque todos lo han adoptado


Desde luego, la historia del puente mola un montón: http://es.wikipedia.org/wiki/Ponte_Vecchio y os recomiendo la lectura (hay bombas en la historia, Javi, te va a gustar, xD).


Cruzado el Ponte Vecchio y admirado el... verdor del Arno, visitamos el sur de la ciudad, la Iglesia del Spirito Santo y demás. Del Palacio Pitti sólo puedo decir que es enorme y que seguro guarda una colección de arte tremenda, pero por fuera os aseguro que es un bloque de piedras sin atractivo alguno.


Una vez llegadas a este punto, le propuse a Lour ir a ver uno de los miradores de la ciudad, la plaza de Miguel Ángel, desde el cual se toman las típicas fotos de la ciudad, las de las postales. En la guía vimos que también quedaba cerca el Fuerte de Belvedere (sí, como el de la Fotogramas) y decidimos que preferíamos el otro...


Eufemismo: manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante (DRAE). Ejemplo: el mirador estaba pelín alto.



Tras casi morir en el intento, seguir nuestro propio viacrucis y observar peldaños rotos y la nada bajo nuestros pies, llegamos arriba... para averiguar que allí se sube en bus, xD Ciertamente es muy bonito y las vistas son impresionantes (de hecho, creo que es la única foto de la cúpula de Brunelleschi aceptable de las trescientas que hemos hecho...). Como teníamos tiempo y nos habíamos repuesto rápido, en el cruce de caminos decidimos subir al Forte Belvedere para terminar la visita a Florencia a lo grande.


Hipérbole: figura que consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de lo que se habla (DRAE, primera entrada). Ejemplo: el Fuerte estaba ahí al lado.


Sin duda, el mejor eufemismo que he leído en mi vida era el de la guía: “la subida hacia el Forte Belvedere constituye una placentera caminata a lo largo de la muralla”. Con deciros que tuvimos que parar a tomar aire porque aquello tiraba que no era normal... Pero vamos, que llegar llegamos, renegando como piratas en medio del océano, pero llegamos. Si me permitís un pequeño consejo, lo mejor antes de iniciar la caminata hacia cualquier lugar es comprobar antes el horario de apertura, porque os podéis quedar con las ganas en la propia puerta...


Y aquí se suponía que había terminado nuestro viaje a Florencia. Con un helado por trofeo nos dirigimos de vuelta a la estación, no sin antes hacer otra parada infructífera en la Iglesia de Santa María de Novella, diseñada también por nuestro colega. Como no nos queríamos quedar con el mal sabor de boca (decir esto después de “helado” es bastante contradictorio, pero me entendéis) de perdernos una obra del grande entre los grandes, cogimos la guía y averiguamos que a cinco minutos de donde estábamos había una iglesia importante (Ognissanti) que se nos había pasado. Con la esperanza de misa de ocho corrimos, apuradas por coger bien el tren hasta Prato. La iglesia es francamente bonita, muy Brunelleschi, por supuesto (+info: http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Ognissanti_(Florencia).


El viaje finalizó, muertas en el tren después de haber visto esa ciudad, o museo andante, atiborrada de turistas y que da la sensación de vivir por y para el turismo únicamente, como si bajo el sol de la Toscana sólo hubiera lugar para curiosos o gente armada de flashes.




Lourdes & Alicia


Da Firenze con amore


P.D.: mañana os cuento el día de los expedientes x en Bologna, que necesita entrada propia...





domingo, 12 de septiembre de 2010

Ciao, mi chiamo Tifosi, no, Alicia Ruiz

¡Buenas tardes de domingo a todos!

Supongo que algunos esperabais que actualizase antes el blog, pero me podía la vaguería, además de tener poco que contar. Llegué el jueves por la mañana en un vuelo tranquilo gracias a que tenía un libro sobre el que descargar todo mi nerviosismo. Tuve la suerte de que mi casero me vino a buscar al aeropuerto y no tuve que darme codazos en el autobús. La verdad es que este señor merece una entrada aparte, pero hoy no me apetece mucho escribir y apenas esbozaré un poco todo.

Cuando llegué a "casa" me llevé una inmensa alegría al comprobar que la habitación era bastante más grande de lo que recordaba. Como podéis ver en las fotos, cabrían todas las COT en sacos del Decathlon ;). En Bologna los caseros se suelen aprovechar de la escasez de viviendas y hacen habitaciones minúsculas a precio de oro, pero la verdad es que la mía es perfecta, excepto por los enchufes. No tienen la misma medida que en España y, por ejemplo, el alargador del Mac no entra en ninguno. Compré un ladrón a ver si podía solucionarlo, pero nada, Misión Imposible de Brian de Palma.

Lo único de la habitación que echo en falta es un poco más de luz, ya que la ventana da a un patio interior y sólo entra el sol hasta las cuatro de la tarde, más o menos... Lo que hace que sea muy fresquita (ahora se agradece... ya veremos en invierno), además de silenciosa.


Lo dicho, que la habitación está genial, pero aún no he firmado el contrato. ¿Por qué? Por la burocracia italiana, sus pausas y relajación. Son todos unos torpes de mucho cuidado, además de unos sinvergüenzas que no guardan un mínimo de diligencia. Ains... jamás pensé que diría esto pero allá va: echo de menos el papeleo en España, donde sabes lo que te van a pedir PORQUE SE EXPLICA EN UN PAPEL INFORMATIVO, no que cuando tienes "lo que te faltaba", te dicen que además falta otra cosa... me crispo, lo siento. Me encanta que hagan edificios pantagruélicos, con veinte ventanillas de atención, para que luego sólo trabajen dos tipos (contados, no hipérbole) y el resto de la plantilla se turnen para tomar el café y hacer chorradas en la fotocopiadora: "vuelva usted mañana" en estado puro.

Total, que espero echar el autógrafo de una santa vez mañana, si el destino (o los funcionarios) no se pone en contra.

En cuanto a la universidad, qué os voy a contar, estoy en Bologna, sede de la universidad más longeva de Europa y de las más prestigiosas en humanidades del mundo (para más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Bolonia), donde han estudiado desde Dante y Petrarca, hasta eminentes juristas que escriben tostones de libros (chicas, pisaré las aulas de nuestro querido Albaladejo). La experiencia es un grado, dicen. Pero la facultad, por prestigiosa que sea, se encuentra en un estado deplorable, decrépita por los estragos que causa la lluvia en cualquier estructura. Hasta la virgen está hecha polvo, con lo que son estos italianos con su "madonna". Ya colgaré fotos para que podáis apreciar vosotros mismos el desastre de edificio en el que voy a estudiar mi último curso (¡cómo suena!) de Giurisprudenza.

El aparato burocrático de la uni también es muy... tranquilo, digámoslo así. El horario de apertura de la oficina de relaciones internacionales (siendo esta universidad de las que más erasmus acoge cada año) es de 9:00 a 11:30, e imagino que no se privarán de la pausa para tomar el café. Mañana iré a incordiarles un poco para solucionar el tema de las convalidaciones de asignaturas, que es lo que realmente me preocupa. Eso y el hecho de que tengo sólo cuatro materias en España, y que cada una es de un curso aquí, por lo que no tendré ni un día libre, además de que este año ya sé lo que les voy a pedir a los Reyes Magos: el don de la ubicuidad (me encanta eso de tener clases distintas en el mismo horario y en zonas dispares de la ciudad por ser la facultad demasiado pequeña para albergar todas las aulas necesarias...).

Vamos, que estoy muy contenta con la organización, los precios, la conducción y un largo etcétera de sin sentidos que sólo aquí podrían suceder. Pero es que, chicos, Italia is different, hay que asumirlo.

Por lo menos la ciudad mola un montón y se pueden dar largos paseos descubriendo cosas que ayer pasaban inadvertidas: frescos en la pared de un soportal, ensayos de ópera que se oyen desde la calle, ferias improvisadas, un futbolín en medio de la calzada con chavales turnándose para jugar, dueños de Mercedes SLK desquiciados por no poder aparcar... esas pequeñas cosas que a una le alegran la vida.

También tengo que hacer una breve referencia a mi nuevo medio de transporte. Os presento a Perdigona, mi "nueva" bici. Me la ha prestado el casero, ofreciéndome otra pero dándome a entender que ésta era mejor (cómo sería la otra...) El nombre, obviamente, hace honor a su predecesor, el gran Perdigón, que ejerció muy bien su función durante cuatro años, con algún catarro, pero nada insuperable. El caso es que Perdigona me recuerda mucho a él: es blanquita, suena a chapa rota cada vez que atravieso rauda y veloz un bache, y el pedal roza con la pata de cabra en cada pedalada para hacer la travesía mucho más rítmica. En resumen: una joyita. Además, el hecho de que haya que poner cadena a la bici hace que tenga su propia llave, y eso de salir de un sitio con las llaves en la mano es muy urbanita y me recuerda mucho al gran Perdi, al que lo único que jamás se le estropeó fue el cierre centralizado, xDD



¡¡Besos desde Bologna!!

P.D.: Carrerón de Alonso today!!! Sono una tifosi!

viernes, 6 de agosto de 2010

El último coletazo

Siempre se ha dicho que no hay que acercarse a un animal moribundo, porque del último coletazo puede acabar contigo.
Ayer os pedía consejo para decidir qué habitación escoger. Ayer podía escoger. Cuando pierdes esa posibilidad parece que hayas vuelto al principio, como si el camino andado hubiera topado con un precipicio y debieras desandarlo. Una suerte de eterno retorno. Cuando se tiene tiempo, es una aventura por vivir. Cuando no se tiene tiempo, ves como las manecillas juegan contigo y corren más de la cuenta.
Hoy me he despertado con la firme convicción de confirmar el "piso íntimo" y darme una vuelta por la ciudad, hacer un poco de turismo. Tras esperar una hora prudente y la opinión de la familia, he llamado. La respuesta ha sido confusa: "sí, mira, es que he hablado con la otra chica y también la quiere individual, por lo que he estoy pensando en prescindir de la doble y hacer dos individuales. Pero tengo que cobrar sí o sí 800 €, así que el precio va a subir". Obviamente, la he hecho saber que la actual doble era enorme, y que no era justo que se pagase lo mismo por ambas, dada la diferencia de espacio. Además, era demasiado pequeño para pagar esa barbaridad, sin gastos incluidos. Me ha dicho que se lo comentaría a la otra chica y que me llamaría por la tarde. Eso es lo que en los castings se llama "no te vamos a coger" y lo que en las citas se llama "haberla pifiado". "Ya te llamaré", suena tan mal en español como en italiano, os lo aseguro. [Lo cierto es que ha enviado un sms diciendo que ya lo había alquilado, pero lo he recibido tarde]
El vértigo se ha apoderado de mí y he decidido asegurar el de la loca. Tenía que comentarle que no podía doce meses, sólo 10, que es a lo que llega la beca. He llegado al piso, la mujer súper contenta (no os lo perdáis, me había escrito a las 8:54 a.m. diciendo: caca è libera irnerio", lo que traduciré como "querida -mal escrito, debería ser cara- la habitación está libre") menudas horas... En fin, que me la ha vuelto a enseñar y cuando la he comentado lo de los meses... su cara ha cambiado considerablemente. Ojo al dato, me dice: "sígueme". Me ha enseñado otro apartamento en el mismo inmueble,un piso más abajo y me dice, aquí sí dejo 10 meses... Habitación no, celda, sin ventana y creo que sin las medidas mínimas para que la den la cédula de habitabilidad. En el mismo apartamento (el cual estaban rehabilitando) me enseña otra, con ventana pero sin ancho. Creo que entre el lateral de la cama y la pared había como 30 cm. Le he dicho que no, que eso era demasiado. A ver, os cuento la coña: yo no quería la habitación que me enseñó ayer por el enorme armario, pero ella me aseguró que se llena en un año. Pues ahora, después de decirle que 10 meses, me enseña un armario tamaño Nenuco y me dice que es más que suficiente... Y así es como me quedé sin los dos pisos en menos de media hora.
He vuelto al muro de Via Zamboni pasándome antes por Bussola (es una oficina en la que se ayuda a los estudiantes a encontrar piso... estaba cerrada por vacaciones desde el lunes, increíble) y aumentando mi desesperación exponencialmente. He llamado a varios pero en cuanto sienten el acentazo Erasmus te dicen que ya está alquilada, etc. Bueno, pues he conseguido cita para dos pisos en Via San Donato, los dos en la misma zona. Vale.
El primero era perfecto: habitación amplia, cuadradita, con balcón y demás. Buen precio y ambiente. Me he mostrado interesada de inmediato (no tenía tiempo para dudas), y me ha dicho la chica que me llamaría la compañera que se queda, porque ella desaparecía este año. Ok.
Mientras esperaba me he acercado al otro. Le he llamado cuando estaba en la puerta y nada. Me he dado una gran vuelta, pasando al Coop (un súper) y viendo un poco la zona (buena). He vuelto y nada, el teléfono seguía comunicando. Lo he dado por perdido y he vuelto a la città.
Paseando por Via dell'Independenza (hoy era día de rastro, increíble, toda la ciudad con puestos, enorme) he recibido un sms: "uy! es que se lo alquilamos ayer a un chico", entonces, ¿para qué he ido a verlo? Invéntate una mejor excusa! Ainssss
Bueno, desesperada totalmente y mentalizándome para empezar a ver dobles, me he dirigido a mi centro de operaciones: McDonald's. No sé qué hubiera hecho aquí sin su wifi ilimitado, y sin la batería del Mac. Sólo por lo bien que marcha debo decir que ha sido una compra Macnífica :D
Me he metido en otro portal de anuncios y he empezado a llamar a la desesperada, hasta que he sido yo la que ha recibido una llamada!
Me llamaba una tal Chiara, que yo creía que era la de San Donato diciéndome que si aún estaba interesada en la habitación. Y yo en plan: ¿cómo? ¿perdona? Pero si ya está alquilada! ¿La misma que he visto?. Y ahí es cuando he salido del error: "nunca la has visto, de qué hablas?". Aquí es cuando pienso en todo lo que tengo que aprender, total, que por lo visto esta chica era una de las que me rechazó por la mañana, pero se debe haber visto apurada y me ha llamado. Había quedado con ella a las seis para verla...
Mientras tanto, he seguido llamando a la gente y he contactado con un señor que alquilaba una individual en Via San Felice 92, en la otra punta de Bologna, pero dentro de la ciudad. He quedado con él (estaba relativamente cerca) y he recorrido el caminito.
He visto el piso: habitación pequeña pero no agobiante ni mucho menos, me deja traer a algún huésped por un fin de semana, más o menos, y el precio está en la media. Le he dicho que estaba interesada: "ok, paga la fianza y es tuyo", oh! qué bien suena! Pero tenía que ver el otro piso...
Según bajábamos las escaleras llega un sms de Chiara (en inglés, xDDD): no puedo hoy, qué tal mañana?.
En el acto le he dicho al tipo: vamos al banco. No he hecho fotos, lo siento, estaba demasiado harta de todo.
Y así, visto y no visto, tengo piso. Como está lejos, me ha dicho que me deja una de sus bicis para ir a la facultad :D
El último coletazo, en el que sueltas el resto, todas tus esperanzas comprimidas en una sola llamada, ese es el que te da una stanza singola a Bologna.


jueves, 5 de agosto de 2010

Todo tiene su porqué


Ayer alababa los soportales... hoy los haría un monumento. Aquí no llueve, cae el diluvio universal. Esos 34 km de soportales tienen ya explicación.
¡Qué día! Me he despertado prontito y me he puesto en marcha. Harta de que por internet nadie conteste, me he ido a la zona universitaria y he ido tomando fotos de todos los anuncios que veía pegados en las paredes. Me han parecido pocos. Cuando ha arreciado la lluvia y empezaba a desistir y a pensar en la posibilidad de una doble en vez de individual, lo he visto: el muro. Una pared llena a rebosar de anuncios!!!! Es la calle que aparece en la foto. Con riesgo de pillar uno de esos constipados tontos de verano he ido fotografiado un montón de anuncios... hasta que he empezado a tener frío... frío el 5 de agosto, ¿cómo se come eso?. He tenido que dejar medio muro por descubrir (me ocuparé de ello mañana).
Con la cámara llena de fotos me he ido a comer al único sitio con wifi seguro: McDonald's. Es una aberración venir a Italia y comer una hamburguesa yankie, pero no me quedaba otra si quería hacer las cosas bien. He llamado a bastantes y algunos me han dicho que sólo para 12 meses... cuando mis becas y ganas llegan a 10. Otros, "pero... ¿de dónde eres?"... ufff. "Ya está alquilada". "No estoy en Bologna ahora". Todo obstáculos. He conseguido cita con unos cuantos para la tarde.
La entrada "apartamento multitudinario" se refiere al primero que he ido a ver, en Via Irnerio, cuya propietaria es digna de protagonismo en una sitcom. El segundo iba a ser uno a las afueras (aunque se va andando, eh) cuya cita tenía desde ayer, pero la chica no me ha cogido el teléfono cuando me he encontrado un problema absolutamente ilógico. La esquina de la calle terminaba en el 54. Cuando cruzabas, el 70 ¿?. En fin...
Inmediatamente después he ido a ver el de la segunda entrada "apartamento silencioso". Leedlo si os quedan ganas.
Luego me han adelantado una cita y he visto otro, una doble con posibilidad de individual, en bonito apartamento, pero demasiado caro per me (400€ sin nada incluido, excepto la comunidad). Por último, tenía que ver otro en San Donato, a las afueras. Harta, me dolía todo el cuerpo (desde las 8:30, salvando los 45 minutos en el McDonald's, andando) he decidido ir a San Donato, sí, pero para coger el bus y venirme para acá.
Mis planes a corto plazo son simples: bajarme un par de capítulos de Mad Men, pillar una pizza y relajarme, al fin.

Espero vuestras opiniones, aunque me hubiera encantado que estuvieseis aquí para verlo por vosotros mismos, es una ciudad fantástica, sobre todo cuando llueve y sabes que puedes ir prácticamente a cualquier parte sin paraguas :D

Apartamento multitudinario





Este apartamento es propiedad de una filipina que habla bastante onomatopéyicamente, pero que ha dejado muuuuuy claro el lema de la casa "no party" (aún con Martini). Si hemos hablado 20 minutos, lo ha repetido como 30 veces, sin exagerar.
A ver, os cuento: está situado en Via Irnerio, 23 (central, una calle genial). El piso da a un patio interior y hace esquina en él. Como veis en la foto, una terraza lo bordea. El piso se comparte con otras cuatro chicas (dos en una doble y otras dos en individuales), de las cuales una me parece emo (según la señora, es muy buena chica: sólo dice buongiorno y se encierra en su habitación; literalmente "si intentas hablar demasiado con ella acabaréis peleadas" ahora, al loro con los pósters de su habitación...) otra una quinceañera (fotos de Brad Pitt adornan su pared... no un póster, no... por lo menos diez!) y la otra, por lo que he entendido, es una cabeza loca con los días contados en la casa.
Me permite llevar "amigas o amigos", uno, dos... pero nada de fiesta. Me ha sacado a la terraza y ha ido señalando piso por piso a sus "espías y arpías". De unos decía que eran muy buena gente y que se enteraría de cualquier diablura que hiciera por ellos; de otros, que llaman a la poli con una facilidad pasmosa y tienen ganas de "fusilarla" (textualmente, ese momento ha sido tremendo, con la tía simulando ser un francotirador...). Es decir: NO PARTY QUIERE DECIR NO PARTY. De hecho, ha dejado claro como el agua que ha caído hoy sobre Bologna que si aparecen los carabinieri en el piso estás en la calle, sin dilación (por eso la del piso tiene los días contados).
Le encuentro tres problemas a este piso: 12 meses de permanencia, el armario (oscuro y kilométrico, no necesito tanto) y el excesivo control que ejerce esta mujer, no en cuanto a la prohibición de fiestas, sino que se ha estado quejando de clavar clavos sin su permiso (atención: que era un clavo que sostenía a modo de percha una bata andrajosa, la cosa más tonta del mundo). De hecho, me ha dicho que se asegura muy bien porque cuando va a cobrar el alquiler entra en cada habitación y pasa revista :S
El tema del armario es absurdo. Y lo peor es que está lleno. Le he dicho que me daba mucho agobio tener semejante mole en la habitación; lo ha abierto: a rebosar. Por lo visto se llena... pero yo no tengo de qué! Aunque me llevase tooooda la ropa que tengo no lo lleno ni de blas, es gigante. Encima es muy oscuro y quita espacio. No sé.
Me ha dicho que compra ella las sábanas y le he dicho que ese tipo de cosas las elijo YO. Pero qué es esto! Una cosa es que te exijan responsabilidad y otra que te elijan hasta las sábanas... por ahí no paso.
Creo que la mujer espera fehacientemente que mañana se lo confirme, incluso está por declinar la oferta de una italiana que tiene pinta de darle mala espina, porque ante una nacional o una extranjera, yo no dudaría en quedarme con la nacional, que al menos me comprende mejor.

¿Qué opináis? (Os remito a la entrada "Todo tiene su porqué", gracias)

Apartamento silenzioso





Este pequeñísimo apartamento está muy bien situado (como a siete minutos de la facultad), al final de la Via San Vitale, que ahora mismo no os dice nada, pero es bastante larga). El apartamento se encuentra en un inmueble de 1850 que sirvió como convento (sí, sí). Según se entra en el edificio, lo primero que encuentras es un patio enorme, cuadrado, que hace las veces de los comunes patios de luces cordobeses, pero sin plantas que lo adornen. Está absolutamente restaurado y recién pintado. La zona es súper tranquila y limpia (de hecho, la asociación de vecinos ha puesto a disposición de los dueños de perros unas cestillas con bolsas a lo largo de los soportales para que eviten dejar regalos a la vecindad). Está enfrente de un cine clásico y no se oye ni una sola voz más alta que otra, excepto si habla un napolitano... Así dicho, suena tan bien que debería firmar ya, pero es que está en el último piso y es pequeñísimo! La habitación que persigo es la que podéis ver en la foto: cama de matrimonio (del Ikea, por cierto), armario de un km y medio, escritorio y ventana. El problema es que la ventana no tiene vistas, se ve una pared :S
Me ofrecen contrato reglado y la renovación del escritorio (que según ellas está muy rallado, yo no he notado nada). Cuando hablo de "ellas" no me refiero a las inquilinas, porque el piso ahora mismo está tan vacío como mis bolsillos. La chica que me lo alquila se llama Irene, embarazada, a quince días de dar a luz, que se ha mudado hace poco. La acompañaba su madre, que me ha contado muchas cosas de su sobrino, que se ha liado con una madrileña, y así podría continuar... Gente muy agradable, desde luego.
En fin, la situación es buena, la propietaria maja, pero me falla un poco el espacio (demasiada cama y armario...) y la ventana. No me han puesto pegas por estar sólo 10 meses, lo cual es un alivio considerando que todo el mundo pide 12.
Recordad que las opiniones me vendrían mejor en la entrada "Todo tiene su porqué", y así las veo todas juntas ;)

miércoles, 4 de agosto de 2010

Innamorata


¡Qué ciudad!
Pases por donde pases tiene chuladas. Ahora, eso sí, es pequeñita, que ni siquiera me he perdido... lo que sí he perdido ha sido el móvil... Vamos por partes:
El viaje según lo previsto, sin incidencias ni ataques de histeria en el avión. Al llegar a Bologna, según bajaba del autobús, vi la foto que preside el blog hoy. No es un pórtico cualquiera para protegerse de las inclemencias del tiempo (por cierto, qué calor hace! y eso que todas las páginas web aseguraban chuzos de punta), es un pórtico para regalarse los ojos. Es la Via Ugo Bassi, muy céntrica y pintoresca.
Como estaba que me tiraba por las paredes de hambre/sed, fui a cumplir con mi capricho y me tomé un capuccino en la Piazza Maggiore... ¡qué desilusión! (sabe igual que aquí, aunque por lo menos cuesta lo mismo). En el bar, chulísimo por cierto, me he puesto a llamar a la gente de los "apartamentos elegidos"... imaginad mi desilusión cuando los dos primeros (la filósofa y otra) me han dicho que como no es época de clase no están en Bologna, ¿entonces, para qué pones que está libre desde agosto?. En fin, después, cuatro directamente no han contestado... y yo pagaba mi desesperación provocando un torbellino vertiginoso en el capuccino con la cucharilla.
Por fin alguien me ha cogido el teléfono: sí, mira, es que no estoy ahora mismo, pero como lo están arreglando, ve allí y que te lo enseñen los albañiles.
Luego tres citas por la tarde y una para mañana... no iba mal la cosa... pero no sabía llegar al piso en reformas, por lo que le he preguntado al del bar. Una chica que estaba a mi lado me ha oído y me ha dicho que ella ofrecía una doble en Via Independenza (que viene a ser la Gran Vía versión caótica). Incluso me ha intentado convencer invitándome a un café, pero he declinado la oferta y me he ido a ver el apartamento en obras, por aquello de que está a dos minutos exactos de la facultad.
He llegado sin problemas y lo he visto... (la habitación pequeñita, la verdad). Ya en el pasillo de la escalera he sacado el macpatito de la mochila para llamar a la chica y decirle que sigo interesada (sí, se llama vaguería, pero es que tenerlo todo a un paso mola). Para meter el mac he tenido que sacar todo y volverlo a meter... pero me he dejado el móvil en el suelo.
Con la sensación de haber hecho un buen trabajo, me he ido a desentrañar los secretos de Bologna y ver un poco por encima el Alma Mater (es que son tan guays que se llama así la Universidad). He caminado y caminado y caminado y caminado. Y de pronto me he dado cuenta de que me faltaba el móvil. He desandado el camino a toda leche, pero cuando he llegado no me abrían la puerta. Con problemas incluso en el locutorio he conseguido decírselo a "súper mamá" y he vuelto a la puerta a ver si algún italiano samaritano me abría. Así ha sido, pero para nada, el móvil había volado "alla napolitana".
A comprar uno. En la tienda (naranjita como Orange, pero no del grupo) he tenido un momento de abstracción mientras me hacían la factura y una de ellas me dice "pero bueno! escúchame al menos!"... por lo visto se va de vacaciones y me preguntaba que si irse nueve días a un complejo turístico en la Riviera Maya por ochocientos y pico era caro. He estado ayudándola y también me quería invitar a un café (si me hubiese tomado todos no tendría el sueño que tengo).
He comido, como no, tagliatelle alla bolognesa y me he ido pitando a ver un piso... piso que no he visto, porque cuando he llegado a la dirección que suponía buena, no me cuadraban las cosas. Quiero denunciar una terrible verdad: QUÉ POCAS CABINAS QUEDAN. Claro, con móvil todo es muy fácil, pero el mío aún no estaba activo... Después de varias llamadas e instrucciones alla italiana, he desistido (estaba a tomar por saco, a la izquierda). Un piso menos.
He hecho tiempo para ver el siguiente y he recorrido la muralla por el exterior (queda gran parte, sobre todo por el norte). Cuando se ha hecho la hora he llegado a la zona... ¿Recordáis las pelis del Bronx? Pues se daba un aire, aunque había un Lidl :D He visto el piso, he puesto buena cara "ya te llamo para confirmar" y me he pirado...
Más tiempo, Bologna se me ha hecho bastante pequeña, pero con dolor de espalda por el equipaje y pies maltratados, hasta el más diminuto pueblo se hace infinito... y no hay bancos! Tienes que tomarte algo para estar un rato tranquila y reposando...
El último piso que he visto me ha encantado, la chica parecía súper maja, pero sé que no va a llamar... es demasiado bueno y hay gente que lo alquilaría desde YA.
Tras otras aventurillas que no puedo contar (se me caen los ojos), he conseguido llegar sana y salva al albergue, que está muy bien.

Es una entrada más larga de lo que pretendía, lo siento (es un arma disuasoria para que no lea la gente xD)





lunes, 2 de agosto de 2010

La dolce vita mi aspetta!

Ciao!

Esta es la sorpresa que os tenía preparada (pese a que para la mayoría no será una sorpresa). Aunque esté en Bologna seguiré siendo la pesada de siempre permitiéndome el lujo de relataros algunas de las peripecias de esta experiencia (lo bueno es que el que no quiera no tendrá por qué leerlo, con lo que nuestra relación mejorará tremendamente evitando aburrimientos innecesarios).

Para la familia: estudiaré, lo prometo. Y, mamá, ojos que no ven, corazón que no siente, así que relájate (también va por ti papá...).

Para los amigos: voy con la "sana" intención de pasármelo genial, no hagáis muchas locuras sin mí; o hacedlas, pero repetidlas conmigo ;)

Para las futuras mochileras: tenéis alojamiento asegurado y guía de viajes andante, pero corre de vuestra cuenta la celebración :P

Intentaré actualizarlo cada poco, pero ya sabéis que la constancia no va conmigo si no me obliga Isa, por lo que tampoco prometo nada...

Bss

P.D.: año sabático... dolce far niente... qué bien suena...